Hubo injerencia del sindicato petrolero en elección de Tula

El diputado panista Gerardo Priego Tapia dijo que la elección final cuenta con su respaldo, pero ampliar la discusión generó que se introdujera el factor de la presión política.


(Agencias) - La elección de Tula, Hidalgo, para albergar la nueva refinería evidencia la fuerte injerencia que el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) posee en la toma de decisiones de la paraestatal y el sector.

Además deja ver que la decisión no fue sólo técnica y económica, sino que también obedecería a un acuerdo que nace de presiones políticas.

Especialistas en materia sindical coincidieron en que la organización que encabeza Carlos Romero Deschamps tuvo un peso decisivo en la elección de Tula, pues es en esta sección del STPRM donde pasó su vida laboral y desde donde llegó al Comité Ejecutivo del gremio.

Según el diputado panista Gerardo Priego Tapia, la opinión previa a la realización del foro para determinar la ubicación de la refinería era que el sitio ganador sería Tula. No obstante, durante el proceso se desvaneció esta percepción, ya que la exposición de los gobernadores de otros estados fue muy superior a la que se presentó por parte de Hidalgo.

Priego Tapia dijo a los medios locales que la elección final cuenta con su total respeto y respaldo, pero ampliar la discusión generó que se introdujera el factor de la presión política, espacio donde el STPRM pudo ejercer su influencia, pues en algunos momentos se manifestó que este lugar era el predilecto del gremio.

Según Enrique de la Garza, catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el STPRM sale fortalecido en la nueva etapa que comienza en la industria petrolera, ya que el incremento en el número de agremiados será proporcional al aumento en los privilegios que se le otorguen.

Otro punto importante a destacar es, que la nula participación del gremio en la discusión de la reforma petrolera demuestra que el acuerdo con la directiva de la paraestatal y el gobierno federal se basa en otorgar "premios al sindicato" a cambio de que no intervenga en ciertas decisiones y mantenga controlados a los trabajadores.

Sin embargo, la aparente paz laboral generada a través de mantener dirigencias obreras con prebendas sólo permite una relativa eficiencia, pues el STPRM no fomenta la productividad. Por el contrario, "va metiendo el hombro de manera individualizada para tener partidarios dentro del sindicato y obtener plazas para sus allegados", explicó Enrique de la Garza.

Para Rafael Loyola, académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, la designación de Tula sugiere que se premia al sindicato por su ausencia en la discusión de la reforma energética.

"En lugar de abonar a un nuevo modelo laboral se favorecen los viejos cacicazgos, las viejas inercias y los altos costos de operación de la paraestatal... Pareciera que se siguen poniendo pilares para que la operación permanezca por debajo de los estándares internacionales", sentenció.

Fuente: Altonivel.com.mx
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